Un operativo sin precedentes se llevó a cabo en Comitán, Chiapas, donde la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) detuvo a 92 policías municipales acusados de colaborar con el crimen organizado. La operación también resultó en la detención de 13 presuntos narcotraficantes y 30 civiles.
La policía municipal había intentado impedir el operativo, incluso llegando a bloquear carreteras y encañonar a operarios del C5, la red de cámaras de vigilancia pública. Sin embargo, la FRIP logró acceder al pueblo y llevar a cabo las detenciones.
El fiscal del Estado, Jorge Luis Llaven Abarca, relacionó el operativo con la crisis de violencia que sufre Chiapas, donde el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación han desatado una guerra de narcotráfico.
El gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez, prometió un cambio en la política de seguridad y anunció que no habrá impunidad para aquellos que colaboren con la delincuencia organizada. La formación de la FRIP y el operativo contra la policía corrupta parecen indicar un distanciamiento con las posiciones del exmandatario Andrés Manuel López Obrador, quien nunca reconoció el problema de la violencia en Chiapas.




