Cerca de 2 mil personas, en su mayoría cubanas y venezolanas, partieron de Tapachula, Chiapas, en una nueva caravana migrante con el objetivo de llegar a la frontera norte de México y esperar las nuevas políticas migratorias del presidente estadounidense Donald Trump.
Los migrantes conservan la esperanza de cruzar a Estados Unidos para conseguir empleo y estabilidad económica. A pesar de las adversidades y desafíos en el camino, el grupo avanza con determinación y solidaridad.
La caravana enfrenta múltiples desafíos, como altas temperaturas, deshidratación y falta de recursos. Sin embargo, los migrantes siguen adelante, utilizando carros de compras y mochilas para transportar sus pertenencias.
Entre los migrantes viaja Scarlet Avilés, una venezolana que huye de la persecución en su país. Su prioridad es garantizar la educación y el bienestar de sus hijos, quienes también forman parte de la caravana.
La caravana recorrió 25 kilómetros en la primera jornada, llegando al municipio de Huehuetán, donde descansaron en el parque central. La crisis migratoria en América Latina sigue siendo compleja, y los migrantes mantienen su lucha por un futuro mejor.
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