Los migrantes que están llegando a Chiapas por el río Suchiate siguen su ruta con destino a la frontera norte, en el camino son atendidos en diversos estados del país por la red de albergues de la Iglesia Católica, afirmó el padre Conrado Zepeda, del estado de Puebla, miembro de la Red de Albergues de Atención a Migrantes EN EL Sureste de México de la Conferencia de Episcopado Mexicano (CEM).
Dentro de la agenda de trabajo desarrollada en Tuxtla Gutiérrez durante esta semana, compartió que la migración ya no se está dando con grandes contingentes desde el sur al norte del país como se venía presentando desde el 2018, sino en pequeñas cantidades, pero no cesa, “los que ingresan por Chiapas los atendemos en otros estados con la red de Albergues”.
En el marco del encuentro en la Casa del Migrante de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez en el Barrio San Francisco de Asís, comentó que no se detienen los flujos migratorios, y en ese sentido, analizamos los cambios que debemos hacer para trabajar, mejor y más organizados, y planteamos como promover dentro de la Iglesia Católica la pastoral del migrante.
Somos y estamos vinculados con la Conferencia Episcopal de Obispos, muchas parroquias no están sensibilizadas para la atención de los migrantes, pero hay mucho que promover, cada vez más se requiere una pastoral de hospitalidad, quienes llegan a Chiapas por el río Suchiate en la frontera sur siguen subiendo al norte, por el momento ha disminuido un poco el flujo, pero no ha parado, de Puebla.
“En reunión que tenemos anual para ponernos de acuerdo en temas fundamentales de atención a migrantes, el sacerdote reiteró que los mismos migrantes que llegan por la frontera sur van subiendo hacia el norte del país, también los recibimos allá, lo hacemos con mucho gusto, no se detiene y no se va a detener, la gente sigue llegando, salen huyendo por el hambre y la miseria de sus lugares de origen”, añadió.
“Tengo nueve años como colaborador de la pastoral de atención a migrantes y constatamos que hay temporadas que aumentan, temporadas en las que bajan los flujos, nunca para, existe una colaboración y la coordinación entre una casa de atención a migrantes y un estado y otro, los migrantes necesitan más empatía de la gente, hay que escuchar sus historias, analizar lo que se deba hacer para que los migrantes sean bien recibidos”, comentó.
La gente debe ser empática, mucha gente no sabe que va a estar presentes en los albergues, la migración tiene siglos, la mujer se tiene que mover por escuela, salud y trabajo, todos juntos debemos hacer menos pesada la cruz de los migrantes, la gente necesita ser más solidaria, el migrante necesita techo, comida, salud, alimentos, tienen sed y hambre y la Iglesia debe hacer mucho más a su favor.
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