Chiapas enfrenta una crisis silenciosa pero alarmante: el trabajo infantil. De acuerdo con Eduardo Córdoba Zamudio, titular de la Secretaría del Trabajo estatal, hay 2.1 millones de niños en riesgo de ser explotados laboralmente por empresas que podrían estar empleándolos de manera ilegal.
Durante su participación en un diplomado organizado por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), el funcionario advirtió que esta problemática no solo está vinculada a la pobreza, sino que también se entrelaza con el trabajo forzoso y la trata de personas, lo que la convierte en un fenómeno complejo que requiere intervención urgente.
Córdoba Zamudio explicó que las causas detrás de esta situación van desde la falta de recursos económicos en las familias hasta la debilidad de las inspecciones laborales. Añadió que también influyen la normalización del trabajo infantil en comunidades indígenas, la ambigüedad de la legislación actual y la insuficiencia de las autoridades para hacerla cumplir.
Ante este panorama, llamó a reformar las leyes, fortalecer los mecanismos de supervisión en los centros de trabajo y promover campañas de concientización en todos los sectores de la sociedad. “Solo una estrategia interinstitucional podrá reducir este flagelo a un ‘mínimo grado’. La vulnerabilidad de los menores exige acciones inmediatas y coordinadas”, afirmó.
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